2018
HD double channel video, 1 min 30 sec, color, sound.
Approximately five miles south of Hebron is Fawwar, one of the oldest Palestinian refugee camps under Israeli occupation. In Role-Playing Games, Guidi once again focuses on a space where children play. A seemingly improvised place occupied by children, who transform it into their field of action. Roof terraces become a safe alternative space where the children can play, though separately. The children’s movements in the recordings seem to exhibit certain surveillance tactics, thus communicating their day-to-day reality to the viewer.
The artist portrays a space that seems to have been designed by the children themselves, with all the creative freedom that entails, despite any possible adult interference. In some contexts, children’s play has been constructed by adults to such an extent that it does not provide children with the tools they need to develop their sensitivity and creativity. In any reality, whether it is conflictive or otherwise, stable or precarious, to give play back to children is to rescue them from the margins of conflict (Lars von Larsen).
Exhibited at
La solitaria #4, trama34, L’Hospitalet de Llobregat, Apr 7, 2018, curated by Zaida TralleroPYÉ PAYPYÉ BA YEBA, Salón, Madrid, Jul 10, 2021, curated by Site-specific conversation (Beatriz Escudero, Zaida Trallero)
Aproximadamente a ocho kilómetros al sur de Hebrón está ubicado Fawwar, uno de los campamentos de refugiados palestinos más antiguos bajo ocupación israelí. En Role-playing games, de nuevo Guidi fija la mirada a un espacio de juego infantil. Un lugar que parece improvisado, en el cual los niños ocupan transformándolo en su campo de acción. De esta forma, los terrados se convierten en alternativa segura para el juego, donde, todavía en ese contexto, niños y niñas juegan por separado. Los gestos de los niños, en estas grabaciones, parecen manifestar ciertas tácticas de vigilancia, comunicándonos, de esta forma, la realidad cotidiana.
El artista retrae un espacio que parece diseñado por los propios niños con la libertad creativa que eso comporta, a pesar de la interferencia adulta que posiblemente exista. El juego infantil, en determinados contextos, se ha convertido en algo tan construido por los adultos que no aporta a la niña/niño las herramientas para poder desarrollar su sensibilidad y creatividad. En cualquier realidad sea conflictiva o no, estable o precaria, devolver al niño a su juego es rescatarlo de los márgenes del conflicto (Lars von Larsen).